¿Cuáles son las claves básicas que definen un buen sitio web?
Con independencia de si es corporativo o una tienda online, un buen sitio web tiene que ser simple, sus contenidos tienen que estar bien estructurados y la navegación debe ser funcional.
El usuario que llegue a nuestro sitio web, tiene que poder navegar por las secciones de forma intuitiva, sin complicaciones. Sólo así, conseguiremos que lleve a cabo las acciones que queremos que hagan como por ejemplo, que se suscriban a nuestro boletín de noticias, que realicen el proceso de compra de un producto o que nos envíe un correo a través del formulario de contacto.
Cuanto más fácil sea el proceso de la acción, más altas serán las probabilidades para que realice las opciones que ponemos a su disposición de principio a fin. Si existen barreras en la usabilidad del sitio web, haremos que los usuarios abandonen el proceso de conversión.
Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta es que nuestro sitio web cumpla las expectativas de los usuarios que nos visitan. Para ello, debemos conocer bien a nuestro público objetivo, para ofrecerles lo que necesitan y crear en ellos una necesidad que se traduzca en conseguir los objetivos que nuestro plan de marketing online se haya propuesto.
También nuestro sitio web debe ser responsive, es decir, que su diseño y funcionalidad estén optimizados para los diferentes dispositivo móviles. En la actualidad una gran cantidad de usuarios acceden a Internet y navegan a través de sus dispositivos móviles. Si en nuestro caso, nuestro cliente en potencia son personas jóvenes, es muy probable que sea este medio el más empleado a la hora de consultar en la red. Además, Google favorece el posicionamiento de sitios webs accesibles y que garantizar la experiencia del usuario desde cualquier dispositivo, por lo que esta característica se convierte en indispensable.
Del mismo modo, un buen sitio web debe verse de forma correcta en todos los navegadores de Internet; Google Chrome, Firefox, Opera, Safari … Así nos aseguramos de que el usuario, con independencia de los medios que tenga, pueda efectuar todas las acciones que le proponemos en nuestro sitio web. Así mismo, nuestra web debe dar respuesta a las necesidades de estos usuarios. Para ello, volvemos a la necesidad de conocer bien cuál es nuestro perfil de cliente y qué espera de nuestro producto o servicio. Cuanto mejor sea esta respuesta, más probabilidades habrá de que se decida a realizar una compra con nosotros, en vez de con la competencia.
Estos productos y servicios deben ser fácilmente identificables dentro de la navegación. El visitante debe acceder a ellos con pocos clic de navegación. Las páginas legales como la política de privacidad, cookies o aviso legal también deben ser claras.
Recuerda que la información que pongamos en nuestro sitio web esté siempre actualizada. Si por ejemplo un usuario se interesa por un servicio que ya no ofrecemos, no sólo causaremos una mala impresión en él, es muy probable que no vuelva a visitarnos por no ser desconfianza o recomendarnos a otras personas o nos valore negativamente en foros o Google.
Por último, debemos hacer especial hincapié en el diseño del sitio. Debemos ser cuidadosos y asegurarnos de que refleje la imagen de marca del negocio, usando los colores y tipografía corporativos, cuidar la calidad de las imágenes, la redacción de los textos, etc.
Y muy importante, compara tu sitio web con los de tu competencia. Compara las fortalezas y debilidades que tiene y trata de corregirlas, porque esos ajustes pueden ser claves para que los usuarios se conviertan en nuestros clientes.
Además haz encuestas de mejoras, pregunta qué les parece el sitio, si mejorarían algo, recuerda que sólo de este modo, podemos dar a los usuarios la experiencia de usuario que esperan y facilitar el proceso de compra de nuestros productos y servicios.
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